.

.
En este lugar todos los sentimientos tienen su lugar. Aquí los guardo, a veces sin identificar.


miércoles, 29 de junio de 2016

Para ésas dos grandes personas



Como si el tiempo se hubiese detenido este fin de semana retomamos lo que iniciamos 11 años atrás,  más bien nunca se detuvo, siguió fluyendo puro y sincero.
El universo nos puso en el mismo sitio, estábamos destinadas a impactar el mundo de la otra, inconscientes de ello abrimos nuestra alma y nos aceptamos como nunca antes lo habíamos hecho. Sin disfraces o prejuicios, sin nada que nos atara, simple y sencillamente nosotros.  

Éramos tan distintas, y aún así logramos abrir un hueco en la vida de la otra, ese lazo que nos ató cuando apenas empezamos a descubrir nuestro lugar en el mundo fue inquebrantable, de cierta manera nuestras diferencias nos complementan.

Les debo una vida por hacer de mi mundo uno menos vacío ese año. Vivimos tantas cosas, revivirlas este fin de semana me hizo darme cuenta de lo bonita que es la vida y aquellos recuerdos tormentosos me hicieron agradecer por haberlas tenido en ella.

Dos partes grandes de mi alma hoy habitan en las suyas, y yo encuentro su presencia en la mía, ésta amistad tiene una conexión que va más allá de lo que nuestras cabezas y la distancia comprenden, es de las cosas más puras y sinceras que son parte de mi vida.
Viva la amistad!!

lunes, 20 de junio de 2016





A MI PRIMER AMOR
El día en que abrí tu última carta era un día normal, lo más normal que podía ser desde que me dejaste. Terminando de desayunar fui a revisar el buzón, lo hacía todos los días más por rutina que por otra cosa,  no era común recibir correo.
Estaba ahí tu carta, dentro de ese sobre amarillo que conservé durante años como si fuera el último Picasso, para mí valía más que la colección entera de cualquier genio del arte. Tu caligrafía era imposible de confundir.
Nada de esto tenía sentido, la razón me lo decía a gritos, era imposible que tú hubieras enviado esa carta.  Tengo que confesar que aunque mi corazón quería negarlo, mi razón ya estaba en sintonía con las circunstancias y muy a su pesar había perdido cualquier esperanza de que te pusieras en contacto conmigo. Las cosas estaban claras.  Pero eras impredecible, solía olvidarlo. Escribiste la calma que entonces necesitaba.

Mi día por supuesto no siguió el mismo curso, ya lo habías alterado. Traje cargando mi corazón durante semanas. No es que no me pesara antes pero esa carta le agregó y al mismo tiempo  quitó unos cuantos kilos. Era un conjunto de emociones que en aquél entonces ni el mismo Einstein hubiese comprendido. Mi corazón estaba hecho pedazos.
¿Sabes? Terminé el curso como lo habíamos planeado. En aquél entonces sabíamos que habría distancia durante ese año pero nunca imaginamos la magnitud. Te extrañé, leía y releía la carta, llegó el punto en que la  podía recitar, y así se pasó el año.

Es momento de volver, regresar a casa. Mis sentimientos se han calmado pero es imposible apagarlos. No ha pasado el tiempo suficiente. Recojo mis maletas y espero. El camino a casa es el mismo, la ciudad es la misma, yo no soy la misma y aquella carta que recibí hace un año sigue guardada en mis tesoros.
Ha sido duro el cambio. Hay muchos recuerdos y lugares que intento evitar pero es imposible, esta ciudad es pequeña y sé que no son azares del destino no encontrarme contigo.
Hoy pensarte duele menos,  he seguido con mi vida y he conocido a alguien.

Luis es distinto a tí aunque desde el inicio  pude ver algo que los asimilaba. Sus ojos brillan como brillaron los tuyos, podía leerlos. Tu amor era puro y desinteresado, contigo estoy segura de que no me equivoqué, me amabas, pero con Luis tengo que comprobarlo.
Ha pasado un largo tiempo y sus ojos siguen brillando de la misma forma que lo hacían al inicio, pero las cosas no funcionan como lo hacían antes,  no somos del todo felices,  no como quisiera. Por alguna razón he recordado aquella carta, me he acordado de tí. Creí que la había olvidado.
-Todo en la vida es sacrificio y éste va a ser uno muy suave-, estábamos a punto de despedirnos de lo que iba a ser un periodo de tiempo y terminó siendo un para siempre.  Ese mensaje llegó más allá de lo que tú tenías planeado. Tenías razón, todo en la vida es sacrificio al menos todo lo que vale la pena. Esas palabras que una vez me dijiste, se impregnaron en mi cabeza y comenzaron a formar parte de mi vida. Ninguno de mis logros ha llegado por sí solo, todo lo bueno que hoy forma parte de mi vida ha sido gracias al sacrificio. Luis no es lo mejor para mí,  yo tampoco lo soy para él, sé que si lo dejo volveré a sufrir y nadie quiere sufrir, es más fácil seguir la corriente aún sabiendo que nos estamos haciendo daño.
Me lo dijiste, todo en la vida es sacrificio y fué un sacrificio dejarlo ir. Antes no comprendí tu mensaje, hoy lo comprendo. Dicen que el tiempo todo lo cura, bienvenido sea el tiempo que mi corazón ha vuelto a fragmentarse.

Esta vez no busco a nadie, dejé la carta, tampoco pienso en ella. Así como buscando encontré a Luis sin estar buscando me encontraron.  Gabriel me encontró, yo no le presto atención y tampoco la busco. No lo analizo, no le busco similitudes, fácil como su personalidad entró a mi vida y me ganó.  No estoy segura de que él quiera entrar en ella, sus ojos tienen un brillo inconstante que me confunde pero al mismo tiempo me mantienen ahí cautiva. Creo que sí le gusto, no le soy indiferente pero no estoy segura de que me quiera.
Le doy tiempo. Más tiempo. Sigo sin estar segura.
Es simpático, comienzo a analizarlo, algo está mal conmigo, ¿por qué no me quiere? quizás si comienzo a ser más así y menos así; tampoco funciona.  A mi pesar decido darme cuenta de lo que desde el inicio estaba claro,  no está decidido, parece querer quedarse ahí en el mismo sitio que yo, pero no conmigo. No con mi verdadero yo, y yo me quedo ahí, sin hacer ni decir nada.
-Si no te gusta algo, pues entonces que lo sepan!-, el sobre amarillo apareció de nuevo en mi mente. Eso también me lo decías tú, querías  asegurarte de que no lo olvidara, por eso lo escribiste en esa carta. -Defiende tus ideas, tú mandas en lo que trata de tu persona no dejes que nadie lo haga por tí. - Y aquí estoy, enmudecida y cediendo el control de mi persona. Esto no es lo que quiero, esta no soy yo.
Se lo dije, él no quiere lo mismo que yo e intenta persuadirme, sería más fácil dejar las cosas como están, me evitaría otro sufrimiento. Ya estaba acostumbrada a tenerlo en mi vida, yo a él, pero queda claro que él a mi no.
Decido dejarlo.
El corazón se cansa, eso no es nuevo, es desgastante esta montaña rusa de emociones, solo quiere paz y calma y definitivamente mi corazón no la encuentra. Recuerdo que contigo sentía eso, paz y calma. Te sigo recordando, esa carta me hace acordarme de tí. Han pasado tantos años y sigues presente, comienzo a descubrir que las cosas que aprendí contigo me han acompañado, el tiempo que nos tocó estar juntos me enseñaste mucho. Luis y Gabriel  no me dejaron cartas pero con ellos tambiénaprendí. Este descubrimiento no quita el dolor que causó otro rompimiento, bienvenido sea otra vez el tiempo, ven a curar otra vez mi corazón.

Ha pasado tanto tiempo que pensé que mi corazón se quedaría mudo, no creí volver a recordar esa carta pero es imposible no recordarla si volví a ver tus ojos en alguien más, esta vez no tengo que comprobar nada porque brillan igual, exactamente igual. Mi corazón me pide ser cautelosa, se lo debo, no quiero verlo sufrir.

Cada día que pasa pienso menos en tu carta, me da miedo llegar a olvidarla.  Dicen que el primer amor nunca se olvida entonces estoy segura que de tí nunca me olvidaré. Papá nunca imaginaste que esa carta que iba ser la primera de muchas, fuera la última y aún así acertaste en decir lo necesario. Papá, creo que encontré al amor de mi vida, hubiese querido que lo conocieras, sé que te hubiera caído bien, hubieran podido ser amigos. Soy feliz, tan feliz como cuando estabas en mi vida ¿Sabes? me acompañaste hasta el día de hoy, quizás me abandonaste mucho tiempo antes, habías terminado tu labor en la tierra,  pero tu esencia seguía aquí a través de tantas cosas que me enseñaste, quizás no pensaré tanto en esa carta pero se que tu esencia estará conmigo.